martes, 4 de agosto de 2009

ETA


Leía no hace mucho una entrevista que le hicieron hace algunos años a uno de los integrantes del IRA, en ella afirmaba que nosotros siempre teníamos que tener suerte mientras que ellos [los terroristas] con tener suerte una sola vez era suficiente.

En las últimas semanas la suerte se ha repartido, mientras que en Burgos todos nos alegrábamos de que la suerte hubiese evitado una masacre, en Palma de Mallorca la alegria se tornaba lamento al enterarnos de que la suerte había estado de su parte, y que dos personas inocentes habían sido asesinadas.

Desde ese instante hemos podido leer y escuchar todo tipo de manifestaciones en contra de esta lacra que tenemos en España, el Lendakari Patxi López se apresuro en asistir al sepelio de los dos asesinados y haciendo gala de demócrata nos ha dicho a todos los españoles que esos terroristas no representan a los vascos, pero lo que no nos ha dicho es que eso terroristas son vascos, y que es en el País Vasco donde estas alimañas tienen sus madrigueras, y que son otros vascos los que les dan cobijo, y que hasta el día de hoy era con el dinero de todos los españoles con el que se pagaba a las familias de los presos de ETA para que los visitaran en las cárceles de España.

El Lendakari tiene que ponerse delante de todos los españoles y pedir perdón por las atrocidades que hacen algunos vascos, igual que tiene que pedir perdón el Presidente del Gobierno después de cada atentado por todo el precioso tiempo que perdió negociando con esta panda de criminales.

Estoy de acuerdo con que la sociedad vasca ha cambiado, y que son muchos los que se manifiestan en contra de ETA, pero estos asesinos no son de Madrid , de Valencia, o de Mallorca, estos asesinos son Vascos, y hoy por hoy cada vez que escuchamos "País Vasco" lo primero que nos viene a la cabeza es ETA, no aparece en nuestra mente la Playa de la Concha, el Guggenheim o el Celedón bajando desde la torre de la iglesia de San Miguel, lo que aparece en nuestra mente es la imagen de alguno de los 946 inocentes que ETA ha matado a lo largo de su historia, y son los vascos los que tienen que seguir trabajando para que esta imagen desaparezca.

A Diego y a Carlos ETA les ha quitado la vida, ellos como tantos de nosotros la hubiesen dado para salvar la vida de cualquier otra persona, pero a ellos el 30 de julio la vida se les termino, de golpe, sin avisar, sin que se pudieran despedir de sus seres queridos o sin que pudieran dejar sus asuntos en orden, ruego que allí donde se encuentren estén en paz y les digo que su ausencia como la de tantos otros nos da fuerzas a los que quedamos para seguir luchando.

¡¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!!